La increíble alimentación Pitágorica
La increíble alimentación Pitágorica
Pitágoras de Samos fue un hombre que, quinientos años antes de Cristo, había adquirido un inmenso saber. La riqueza de sus conocimientos se extiende bastante más allá de sus conocidos teoremas matemáticos, y la profundidad de su inteligencia en astronomía, música y medicina.
Su abismal conocimiento en diversas ramas lo encaminaron hacia un estilo de vida rotundamente saludable, esto hizo que se le reconociera como el padre del vegetarianismo. No obstante, según información recopilada en sus antiguos diarios, no era vegetariano, sino más bien vegano. La diferencia radica en que el vegano no solo no come carne animal sino que elude cualquiera de sus derivados.
La penetrante sabiduría de Pitágoras vio un orden inmanente en las esferas de la música, la aritmética y la naturaleza, lo que lo llevo al entendimiento de que todo estaba envuelto, formulado y entretejido bajo un orden cósmico que se extiende, inefable, como éter y a la vez está sujeto a leyes rígidas y exactas.
Para alguien con tanto conocimiento el alimento no pasa desapercibido pues, a pesar de estar científicamente comprobado, resulta evidente que el alimento es la gasolina con la que nuestro cuerpo trabaja a diario, tanto para movilizarnos como para regenerarnos.
Para el filósofo, la alimentación era un camino para expandir la conciencia, un medio para reproducir en carne propia, y en orgánica miniatura, aquella luz de armonías que rige la vida, y definitivamente estaba en lo correcto.
Este articulo pretende reflejar el pensamiento de Pítagoras para comprender por qué una dieta vegetariana, desde tiempos tan antiguos, es recomendada por tantas escuelas de medicina holística alrededor del mundo. Pitágoras rechazó el sacrificio de animales en los templos, donde, en aquel entonces, entre plegarias y sangre se degüella a un ser vivo. Para él, todo animal funerario era un infame festín, y así, mantuvo que el alma es inmortal y por esta razón el hombre no debería tener preeminencia sobre otras criaturas, de esta forma, tiene la obligación moral de tratar a todos los seres vivos con amabilidad. Pitágoras fue conocido como un maestro que emanaba benevolencia, y era natural en él, según cuenta la historia, realizar los actos más nobles en todos los órdenes. Más no exento de ninguna enfermedad, Pitágoras vivió una larga vida, en la que realizó una serie de experimentos dietéticos que no fueron impulsados por ninguna enfermedad sino por la necesidad de procrear un entorno de armonía en su cuerpo.
Al presentar la dieta de Pitágoras se pretende hace énfasis no en las privaciones si no en el mundo de oportunidades y experimentos tanto física como espiritualmente, muy lejos de las regulares penitencias bajo las que buscamos la integridad de nuestro cuerpo.
Para lograr que una dieta confabule a nuestro favor se necesita consumir gran cantidad de alimentos biogénicos, es decir, germinados cuyo aporte es vital en la reactivación de un cuerpo saludable. La comida bioactiva son las frutas y verduras crudas, además de nueces, mientras que la comida bioestática refiere a los alimentos que han sido cocinados.
Los alimentos biacídicos son aquellos que básicamente destruyen la vida, como la mayoría de los casos de productos procesados, irradiados, azucares, entre otros.